conformando con sentir
un poco de ese glacial,
sin soñar con un intento,
al comprobar para la experiencias,
que mata sin sobrevivirse
eso espantoso tan atroz.
Poeta del silencio y el Tao. Versos para la eternidad y la memoria. Poesías del libro Brisa Infinita del poeta Bernabé Ramírez Herrada.
Poema del libro 👉Brisa Infinita 👈que encontrarás pulsando en este enlace
Amor es querer,
quererte siempre,
o al menos haberte
querido alguna vez.
Quererte es amor,
tener la valentía de querer
con una alta probabilidad
de no ser correspondido,
de mendigar pan carcomido,
sin orgullo y sin reproche,
sin nunca haber obtenido.
En el amor no hay amigos,
solo intereses y aromas femeninos,
pero al querer te han de permitir
que sigas tu camino
como yo camino por el mío.
Poema del libro 👉Brisa Infinita 👈que encontrarás pulsando en este enlace
En el lecho del mar
descansa tu corazón,
mientras las cenizas de tu pasado
se extienden por los confines
plenas de libertad.
Vislumbro entre las corrientes
tu viaje hacia el infinito,
y dejo que te extiendas
entre la vida y la Nada,
para que formes parte
de las arenas del tiempo.
Como desees te dejarás llevar
sobre la cresta de las olas,
y surcarás las estelas
conociendo los secretos
de sus grutas de coral.
Serás polvo en el viento
cuando dejes secar tus alas
para unirte a las tormentas,
hasta que un día decidas
salir de este mundo
a través del celeste protector
para unirte al sueño de los
gigantescos huracanes
que recorren las constelaciones
humanamente inhóspitas.
Y en la eternidad cualquier día
tomes conciencia,
y decidas generar
en el turbulento vientre
de algún Sol.
Abandoné la isla un día,
y me vine sobre la amplia tierra,
caminando por la carretera
que se pierde indistinta
a cada paso,
quemándome
las plantas de los pies,
doliéndome el cuerpo, cansado.
Una gaviota surca
el aire de la mañana,
y yo estoy recién despertado,
los árboles han cubierto
bien mi cansancio,
mis anhelos y sueños lejanos,
marchitados por
esta hipócrita sociedad
que me lleva como una madre
a su hijo bien amado,
para que no se escape ni sea malo.
Las aguas chocan contra las rocas
en la orilla plagada de piedras,
y su murmullo
penetra por mis oídos
como si aún estuviese soñando,
bañándome con su sudario
que se expande en el aire
como burbujas de champán dorado.
Y mientras recojo mis cosas,
la arboleda se llena de pájaros
dejándome oír su canto,
y vuelvo a la carretera
para seguir caminando,
sin saber hacia dónde voy,
buscando un destino
que no veo nada claro,
pero vaya a donde vaya,
llegue a donde llegue,
seguiré firme sobre mis pasos,
sin saber si caeré muerto
sobre el asfalto,
todo antes de volver allí
donde me llaman unas voces
que sollozan cantando.
¡Estoy llorando!.
¿Qué mal me agita el alma?,
me hunde desesperado,
reclamando en la desesperanza
algo que no tengo,
algo que no existe,
algo que no es real,
que me complica inerte,
que huye a mi llamada,
que me envuelve en la angustia
gritando que regrese cuando
no quiero regresar,
sino huir, irme lejos,
donde nadie me pueda encontrar.
Entre dos soles,
antes de la primera luna,
después del tiempo de las flores,
será el último día del final,
y al partir llegará
la Séptima tormenta.
Será un día,
y a ti amiga diré:
"Llora cielo.
La tierra secará tu llanto."
Será mi adiós,
marcharé lejos,
muy lejos,
lejos de tu mundo
a mi mundo de ensueño.
A
ti, amiga, una flor,
flor de púrpura,
púrpura de
fuego.
Muchas serán las veces,
que recordarás este
día,
porque no sé si tú sabrás, amiga,
de que pocas
veces me has visto,
y de que pocas veces me verás.
Dirás:
“¿Quién eres tú?.”
Nunca lo sabrás,
y aunque
grites
entre puertas abiertas,
nadie te contestará,
se
hará lejano, muy lejano,
olvidarás mi voz,
olvidarás mi
llanto.
¡Recuerda!.
Entre dos soles,
antes de la primera Luna,
después del tiempo de las flores,
será el último día del final,
y al partir llegará la Séptima Tormenta.
Ansiedad, poemas para encontrar la calma en el caos. Un viaje personal a través de los tormentosos mares de la ansiedad. Estos poemas explor...