Tenuemente
se sonríe,
al pasar las horas
mirando las olas,
las nubes y las gaviotas,
brillos y sombras,
sonidos de cosas que nunca,
nunca se podrán olvidar.
al pasar las horas
mirando las olas,
las nubes y las gaviotas,
brillos y sombras,
sonidos de cosas que nunca,
nunca se podrán olvidar.
No se habla de brusquedades,
sino de fortaleza inmensa
que siempre
se siente
y se puede ver llegar,
a través de su mismo
a través de su mismo
espectral cuerpo,
sin sentir miedo,
sin sentir miedo,
ocupando sin reclamo
cada rincón de su lugar.
cada rincón de su lugar.
No hay más versiones,
solo la universión que se ve
y la lejanía que no siempre
se logra acaparar,
y cuando hace frío,
todo lo propio se resiente,
y parecerá no aguantar un día más.
Pero así es desde el principio,
desde antes
que el mar fuese la mar,
y se vive como
y se vive como
caído de un cielo fantasma
cubierto de nubes que
tan pronto llegan como se van,
hacia el horizonte con el cual se sueña
cuando aquí se es un niño.
cubierto de nubes que
tan pronto llegan como se van,
hacia el horizonte con el cual se sueña
cuando aquí se es un niño.
Poema del libro 👉Brisa Infinita 👈que encontrarás pulsando en este enlace
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